Llegó diciembre 🎉
Y para que el dinero no se te escape te recomendamos:
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1. Analizar tus ingresos y gastos (fijos y variables)
No es fácil saber en qué gastamos nuestro dinero. Para optimizar su uso o disminuir los gastos, debemos conocer exactamente cuál es nuestro ingreso y en qué lo gastamos.
Algunos ejemplos de gastos son: el pago de los servicios de tu hogar (agua, luz, teléfono, gas, etc.), lo que se gasta en el supermercado o la farmacia. El sueldo que le pagas a la persona que asea tu casa o cuida a tus hijos, y los gastos comunes si vives en un edificio. Los gastos de transporte, matrículas y cuotas mensuales de colegios y/o universidades. Incluye los gastos en materiales y la mesada de tus hijos si los tienes. ¡No olvides las cuotas de tus deudas! Recuerda considerar también todos los gastos no programados, conocidos como "Gastos hormiga" como los regalos, los cigarrillos, helados, bebidas, comida chatarra, entradas al cine, teatro, compras impulsivas de ropa o accesorios para el hogar. Al registrar todos tus gastos podrás tomar medidas para disminuirlos.
2. Hacer un presupuesto
Este te ayudará a identificar tus ingresos y gastos en un período de tiempo determinado. Lo más común es que se realice de forma quincenal o mensual, esto irá de acuerdo con la periodicidad en la que recibas tus ingresos, también es importante que involucres a toda la familia. Entre las ventajas que obtienes al organizar tus cuentas están:
• Saber cuánto dinero se está recibiendo en el hogar.
• Saber cuánto y en qué se gasta el dinero.
• Ajustar los gastos de acuerdo con los ingresos.
• Fijar metas de ahorro para lograr los sueños.
• Prepararse mejor para las emergencias.
3. Ahorrar
Cuando ahorramos, estamos construyendo un colchón financiero que nos brinda cierta seguridad y estabilidad. Nos permite afrontar emergencias médicas, reparaciones inesperadas o situaciones de desempleo sin entrar en deudas o sacrificando nuestra calidad de vida.
Además, el ahorro nos brinda la oportunidad de alcanzar metas a largo plazo, como la educación de nuestros hijos o el sueño de tener vivienda propia. Es comprensible que pueda resultar difícil ahorrar cuando los ingresos son ajustados y las obligaciones son muchas, especialmente cuando se tiene hijos. Sin embargo, incluso pequeñas cantidades de ahorro pueden marcar la diferencia a largo plazo.
Porque… ¡el tiempo pasa y las obligaciones siguen!
¡Aprendamos en familia!